Las vacaciones pueden ser un momento de rélax o de problemas. Para evitarlos es importante estar atentos a estas recomendaciones para el cuidado de los niños.
Cómo prevenir los golpes de calor
Para garantizar el bienestar del niño, los padres deben promover unas pautas saludables que minimicen la exposición solar y evitar la insolación.
Las medidas de fotoprotección más importantes son:
-Evitar la exposición prolongada al sol, sobre todo en las horas centrales del día.
-Buscar sombras en los espacios abiertos o proveerse de sombrillas.
-Usar cremas o lociones con filtro solar que sean resistentes al agua (si no fuera así, aplicar repetidamente), con un factor de protección 15 o superior. No aplicar a menores de 6 meses.
-Emplear gorras.
-Utilizar ropas que cubran buena parte del cuerpo, de algodón, clara y liviana, como camisetas con mangas y pantalones tipo bermudas, cuando se permanezca al aire libre.
-Tener en cuenta una buena hidratación, beber agua con frecuencia, no complementar agua en los niños menores de 6 meses, con el contenido de agua de la leche materna es suficiente.
– Mojar la piel del niño con agua seguido. Cuidado con el cloro de las piletas, higienizar con agua al salir de la misma o al terminar de jugar en la arena o tierra.
– Tener precaución en los cambios bruscos de temperaturas. La utilización de aires acondicionados a muy bajas temperaturas, inclusive en los medios de movilidad o ventilador aplicados en forma directa al cuerpo del niño, ingestas de bebidas muy frías o heladas en gran cantidad, todas estas situaciones al secarse la transpiración bruscamente puede ocasionar cuadros desde faringitis o respiratorios por enfriamiento.
– En caso de ir al mar, tener cuidado con el sol y la sal.
Síntomas que aparecen con el calor
Los vómitos y diarreas constituyen otras de las complicaciones de salud más frecuentes que pueden sufrir los niños en vacaciones, ya sea por un proceso viral, por la ingesta de agua contaminada, mal refrigeración de alimentos o mal cocidos. Para prevenirlas, nada como estar alerta ante lo que los chicos se llevan a la boca. Es importante consumir una dieta en base a verduras, frutas, líquidos nutritivos y alimentos con buena cocción. Beber sólo agua potable o hervida, buen lavado de, verduras, frutas y utensilios de cocina, lácteos refrigerados y pasteurizados, higiene de manos, observar el vencimiento de los alimentos. Esto se debe hacer para evitar riesgos de gastroenteritis y la enfermedad del síndrome urémico hemolítico, especialmente en los meses de más calor. Si no pueden controlar los vómitos o presentan somnolencia, lo mejor será consultar con un pediatra o médico cercano.
Qué hacer ante los mosquitos y demás insectos
Se deben prevenir las picaduras de mosquito, usando un repelente de acuerdo a la edad. Pero si finalmente pican, usar cremas anti pruriginosas para evitar picazón o lesión por rascado. Los repelentes no se deben aplicar a menores de 6 meses y tener cuidado de colocar pastillas o espirales cerca de los niños. Es recomendable usar tul de protección para los bebés. No rociar con insecticidas en presencia de personas en la casa. En caso de tener animales domésticos, actualizar vacunas, antiparásitos y antipulgas.
Las picaduras de arañas, alacrán o serpientes son de consultas médicas inmediatas, no aplicar torniquetes, ni extraer el venero.
Qué pasa con las caídas
Las heridas y accidentes son otros de los grandes protagonistas del verano, relacionados a golpes, caídas, mordeduras, esguinces, contusiones o fracturas. Lo más importante en estos casos de heridas es taponar con una gasa para frenar el sangrado, limpiar bien las heridas con agua y jabón para evitar infecciones, y aplicar un antiséptico local antes de acudir al médico.