Seguimos en época vacacional, se renuevan los turistas quincena a quincena en nuestras sierras cordobesas y las noticias nos alertan sobre nuestros consumos en la época de descanso.
Son dos los temas que están en boca de todos los últimos días: ingesta de hongos silvestres y botulismo.
Las personas suelen consumir algunos hongos que nacen en base de arboledas, pero hay que estar atentos a la forma y estado de los mismos. El tipo de hongo que ha causado la pérdida de un turista en los últimos días es conocido como Amanita Phalloides, se lo suele confundir con algunas especies de champiñón silvestre, aunque esta especie es una de las más peligrosas del mundo.
Es importante poder reconocer cuáles son los síntomas que provoca su ingesta y cómo afecta al organismo, ya que suele atacar directamente la zona digestiva, específicamente el hígado. Si al consumir algún hongo silvestre usted posee los siguientes síntomas, acérquese a su centro médico más próximo de inmediato: Diarreas, vómitos, dolor abdominal, sudores fríos, hipotensión, taquicardia y/o convulsiones.
Siguiendo con la próxima temática en boga, los síntomas del Botulismo (toxiinfección causada por neurotoxina bacteriana, generada por ingestión de alimentos mal preparados o conservados de manera inapropiada) son fatiga, debilidad muscular, síntomas digestivos y dificultad para tragar.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) solicita seguir las siguientes recomendaciones:
– Cuando prepare conservas caseras, hágalo en pequeñas cantidades, en envases poco profundos y sin tapa. Si los frascos son muy altos y están muy llenos, las capas inferiores estarán privadas de oxígeno, lo que favorecerá el desarrollo de la bacteria.
– No cubra las conservas con demasiado aceite.
– Si prepara un arrollado, ya sea un pionono o matambre, no lo presione excesivamente.
– No elabore grandes cantidades de conservas que no puedan ser consumidas en el momento, a menos que puedan ser guardadas en un freezer.
– Emplee utensilios limpios para untar los aderezos y, una vez utilizados, no los reintroduzca en el frasco, esto evita las contaminaciones cruzadas.
– Hierva los alimentos a 80 ºC y durante 10 minutos antes de consumirlos para eliminar la toxina botulínica que pudiera haberse formado.
– Cocine adecuadamente los alimentos que van a ser conservados (a temperatura de 116ºC, en olla a presión para disminuir las esporas de Crostridium botulinum).
– Mantenga las conservas en un medio ácido (por ejemplo, vinagre), para evitar el desarrollo de las esporas que pudieran haber sobrevivido a la cocción.
– No almacene esos alimentos a temperatura ambiente, sino en heladeras.
– Verifique que ésta enfríe adecuadamente.
– No la recargue con alimentos, ya que disminuiría su capacidad de enfriamiento.