Las enfermedades vinculadas al corazón constituyen la primer causa de muerte. Cuidarlo es fundamental para prevenirlas.
Con motivo del aumento de enfermedades cardiovasculares en el mundo y el incremento de la mortalidad por dichas causas, la Fundación Mundial del Corazón, con apoyo de la Organización Mundial de la Salud y la UNESCO, decidieron instituir desde año 2000, el 29 de septiembre como el DÍA MUNDIAL DEL CORAZÓN. La Fundación Cardiológica Argentina adhiere a la iniciativa de la Federación Mundial, para concientizar a la población de la importancia de tener un corazón sano.
Se conoce que del 31% de muertes del mundo son por patologías cardiovasculares, es decir 17.9 millones de pacientes – de los que el 85% son ataques cardíacos o accidentes cerebro vasculares – y más del 75%, se producen en países de ingresos medios y bajos. Se considera que es la primera causa de muerte en Argentina y en el Mundo
No todas las personas son afectadas por este tipo de enfermedades, sino que se ha encontrado un grupo de factores de riesgo que, quien los posee, tiene más posibilidades de ocasionar una enfermedad cardíaca. Se ha demostrado, que el tratamiento de los pacientes para controlar estos factores, ha producido una disminución en la cantidad de enfermos y en la gravedad de las enfermedades cardiovasculares que se producen.
Es mayor la posibilidad de enfermarse si se poseen más factores de riesgo y por lo tanto cuanto mayor sea el número de factores que puedan controlarse mediante cambios en el estilo de vida y/o utilizando medicamentos, disminuye el riesgo de enfermarse. Los principales factores de riesgo que tenemos que buscar y tratar, se dividen en dos categorías: modificables y no modificables.
Los factores de riesgo modificables son:
- Hipertensión arterial
- Aumento del colesterol en sangre
- Diabetes
- Obesidad y sobrepeso
- Tabaquismo
- Inactividad física y sedentarismo
Los factores de riesgo NO modificables son:
- Antecedentes hereditarios
- Género
- Edad
- Otros factores contribuyentes son :
- Stress
- Uso de anticonceptivos
- Consumo de alcohol
¿Cómo cuidar el corazón?
Sé más activo. Está demostrado que llevar una vida activa reduce en un 20% el riesgo de presentar eventos cardiovasculares.
- Realizá por lo menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada 5 veces a la semana, o al menos 75 minutos de intensidad vigorosa repartidos durante la semana.
- Jugá, caminá, bailá
- Sé más activo todos los días: subí las escaleras, caminá o andá en bicicleta en lugar de usar el auto.
- Usá las aplicaciones de ejercicio en tu teléfono o aquellas que te permiten realizar un seguimiento de su progreso.
Comé de manera más saludable.
- Reducí el consumo de bebidas y jugos de frutas azucarados.
- Reemplazá las golosinas dulces y azucaradas por una fruta.
- Tratá de comer 5 porciones de fruta y verduras al día.
- Intentá limitar los alimentos procesados y preenvasados que a menudo son altos en sal, azúcar y grasa.
- Prepará en casa las viandas para el trabajo.
No fumes.
- A los 2 años de dejar de fumar, el riesgo de padecer enfermedad coronaria y cardíaca se reduce sustancialmente.
- A los 15 años, el riesgo vuelve al de un no fumador.
- La exposición al humo de segunda mano (fumador pasivo) también es una causa de enfermedad cardíaca en aquellos que no fuman.
Evitá el estrés.
En Argentina el estrés psicosocial es el quinto factor de riesgo cardiovascular más influyente, ocupando el tercer puesto a nivel mundial. Por eso, es importante que sepas que podés hacer muchas cosas revertir su impacto:
- Consulta al médico.
- La meditación, el yoga y las terapias con estrategias cognitivo-conductuales, pueden ser alternativas a tener en cuenta.
- Mantené tus hábitos saludables.
- Poné en práctica algunos pequeños cambios cotidianos como aprender a decir que no y no sobrecargar la agenda, disfrutar del ocio recreativo, focalizar en una sola cosa para hacer, aprender a priorizar y diferenciar lo urgente de lo importante.
- Potenciar los lazos afectivos. Las personas con una buena red de contención social se enferman y mueren menos.
Con motivo de la pandemia que estamos viviendo, se ha observado una interrupción del 30 % de atención por emergencias cardiovasculares y del 50 % por hipertensión arterial.
Esto se debe a tres factores:
1) Reticencia para consultar por síntomas agudos debido al temor de contagiarse el virus,
2) Preocupación por inconvenientes que puede implicar movilizarse hasta la institución para aquellos ciudadanos que no están exentos del aislamiento.
3) Cancelación de turnos médicos programados.
Por este motivo, se debe recordar en todo momento que las enfermedades cardiovasculares son frecuentes y que sus formas agudas son potencialmente graves, no debiéndose demorar la consulta en caso de presentar síntomas compatibles.
Es muy importante tener en claro que nuestra institución cuenta con circuito independiente para la atención de pacientes con sintomatología compatible con COVID-19 y los correspondientes protocolos de bioseguridad destinados a reducir el riesgo de contagio (triage en ingreso, distanciamiento en salas de espera, etc).
Se debe tener en cuenta los síntomas pertenecientes a patologías cardio y cerebrovasculares agudas en donde la demora en la atención puede resultar fatal y alentar a la consulta precoz a un servicio de emergencias:
- Dolor de pecho opresivo y frecuentemente irradiado a los brazos, el cuello o la espalda. Además de reciente aparición o empeoramiento de los previos.
- Sensación súbita de falta de aire.
- Dolor súbito con cambio de color o temperatura en los miembros inferiores.
- Síncope, pérdida de conciencia.
- Palpitaciones de reciente aparición.
- Dificultad para hablar, sensación de de mano torpe o pérdida de fuerza o sensibilidad en alguna parte del cuerpo.
Los pacientes que se encuentran en tratamiento crónico de estas enfermedades deben concurrir a control con sus médicos tratantes, porque es la forma de que se pueda evaluar la evolución de las mismas así como la efectividad del tratamiento o necesidad de alguna modificación.