En la Semana del Prematuro, te contamos cómo cuidar de ellos para que desarrollen una vida sana y feliz.
Son considerados bebés prematuros aquellos que nacen con menos de 37 semanas de gestación. Significa que el bebé no está totalmente maduro para comenzar la vida extrauterina por lo que necesita cuidados especiales.
En primer lugar, es importante saber que el acompañamiento de la madre, del padre o de alguien que represente un lazo afectivo, es fundamental en la disminución del estrés de la internación y en la recuperación del bebé, por lo que es fundamental alentar y acompañar a las madres y los padres a pedir información acerca de la situación del bebé y sostenerlos emocionalmente y psicológicamente si fuera necesario.
La familia junto con el equipo de salud cuidan y acompañan al bebé, y su rol es vital en la recuperación. Es importante hablarle al bebé, tocarlo, generar vínculos. Y como en cualquier caso, el mejor alimento es la leche materna.
Finalmente, también será importante hablar sobre la vuelta a casa, pensando en el alta clínica como un momento esperado, pero que puede generar inseguridad, temores y dudas.
Se recomienda:
- Estimular la realización de controles prenatales periódicos.
- Detectar enfermedades maternas en forma temprana.
- Alentar a cambiar hábitos tóxicos por pautas de vida sana.
- Contar con centros capacitados para atender embarazos de alto riesgo.
Una vez producido el parto prematuro es fundamental:
- Disponer de los recursos necesarios para la atención del recién nacido prematuro.
- Trabajo en equipo con pautas claras de los tratamientos realizados.
- Participación activa de las familias en el cuidado del recién nacido.
En la Semana del Prematuro queremos renovar nuestro compromiso en otorgar el mejor cuidado a nuestros pacientes, asegurando una buena atención durante su internación y contemplando su calidad de vida a futuro.
Agradecemos la confianza de los padres al permitirnos cuidar de sus hijos y dejarnos formar parte de su vida en estos primeros pasos.