Hoy es el Día mundial del corazón y hay mucho que podés hacer por el con sólo cambiar de hábitos. Te damos algunas sugerencias para que comiences a implementar.
¿Qué debemos saber sobre nuestro aparato cardiovascular?
Todos nuestros órganos, incluidos los de funciones vitales, tales como Corazón, Riñón, Cerebro, Pulmones,etc están irrigados por vasos sanguíneos que llevan sangre con los nutrientes necesarios para su buena función. Se entiende, entonces, que la buena salud de éstos es fundamental para mantener saludable a todos los órganos y sistemas.
Los vasos sanguíneos están revestidos por un tejido llamado Endotelio, el cual es indispensable que esté sano para no producir obstrucciones que limiten el flujo sanguíneo a los diferentes órganos.
Entonces ¿Qué factores son los que dañan este tejido endotelial, dando comienzo a las obstrucciones arterioscleróticas de los vasos sanguíneos del corazón, cerebro, riñón?
1-El Tabaquismo: a dejar de fumar
El hábito de fumar no solo produce enfermedad pulmonar sino que es uno de los principales factores de agresión a los vasos sanguíneos produciendo daño en el endotelio y permitiendo que se deposite el colesterol que luego producirá las conocidas obstrucciones arteriales del corazón, cerebro, riñones y piernas, por ejemplo.
Otro efecto dañino del cigarrillo es a nivel de la coagulación de la sangre generando una tendencia a formar coágulos dentro de las arterias obstruidas por colesterol; produciendo así obstrucciones agudas como sucede en el infarto y el ACV.
2-Hábitos Alimenticios: Comenzar la dieta
También debemos saber que la alimentación saludable es uno de los pilares fundamentales para mantener un adecuado estado de salud ya que no sólo nos mantiene delgados sino que mejora los factores que mantienen las funciones del endotelio sano evitando la predisposición a la arteriosclerosis vascular. La buena alimentación favorece el transporte y eliminación del colesterol malo (LDL); incrementa los niveles de colesterol bueno (HDL) y reduce los niveles de azúcar en sangre y elimina ácidos y productos del metabolismo del organismo.
¿Qué alimentos debemos consumir?
Se recomienda la “Dieta Mediterránea” que incluye:
-Frutas y verduras.
-Cereales, frutos secos, granos enteros/semillas (ricos en ácidos grasos poliinsaturados como los Omega 3, 6 y 9; beneficiosos para el organismo).
-Carnes y pescados magros.
-Lácteos descremados.
-Hidratación adecuada con Agua.
-Consumo más razonable de sal, hasta 5 grs diarios lo que equivale a menos que una cuchara de té por día.
-Evitar la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas que se encuentran en fiambres, embutidos, snacks, alimentos pre-elaborados, gaseosas.
3-Sedentarismo: a ponerse en forma
Al menos un 65% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud. Esto se debe en parte, a la insuficiente participación de la actividad física durante el tiempo de ocio y a un aumento de los comportamientos sedentarios durante las actividades laborales y domésticas. El incremento del uso de los medios de transporte "pasivos" también ha reducido la actividad física.
La actividad física sostenida no solo es saludable por que mantiene el peso corporal, sino que al igual que una dieta saludable mejora el metabolismo de los azúcares y de las grasas en la sangre disminuyendo el riesgo de padecer diabetes y colesterol elevado.
¿Qué actividad debemos hacer?
-Se debe practicar actividad física moderada, aeróbica, tales como caminar, trotar, nadar, andar en bicicleta durante 30-40 minutos, al menos 4 días a la semana (150 minutos semanales) para obtener mayores beneficios para la salud.
¿Qué beneficios para la salud nos brinda la actividad física?
-Mejora el estado muscular y cardiorespiratorio.
-Fortalecimiento de la salud ósea y funcional, reduciendo el riesgo de caídas y de fracturas vertebrales o de cadera
-Reduce el riesgo de hipertensión, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, diferentes tipos de cáncer.
-Mejora la salud mental, disminuye la depresión, reduce el stress.
-Es fundamental para el equilibrio energético y el control de peso.
4-Estrés: Vamos a relajarnos
El modelo de vida actual que exige gran presión laboral, la falta de trabajo, las competencias laborales, la filosofía del consumismo, la situación social y económica actual, falta de seguridad y garantías para nuestras familias hacen que los adultos estemos sometidos a una gran presión social y psicológica en estos días.
Aunque no esté fehacientemente demostrado la relación entre el estrés mental y la predisposición a padecer enfermedades cardiológicas, el estrés puede causar deficiencia en la circulación cerebral y miocárdica por lo que se asocia a un aumento de la mortalidad cardiovascular. Además, cuando se mantiene durante tiempo prolongado, estimula el desarrollo de lesiones arterioscleróticas en los vasos sanguíneos.
Estas alteraciones se relacionan con la vasoconstricción causada por el estrés, al difícil control de factores de riesgo cardiovasculares como hipertensión y diabetes, generando una disfunción del endotelio lo que predispone al desarrollo de aterosclerosis en los principales vasos del sistema cardiovascular.
En conclusión el estrés aumenta la presión sanguínea, favorece la aparición de arritmias, genera inflamación permanente del “endotelio” lesionando así los vasos sanguíneos que llevan sangre a nuestros órganos, además de incrementar la formación de coágulos y placas de colesterol que puedan llegar a obstruirlos, produciendo de esta forma infartos, accidentes cerebrovasculares y trombosis en las piernas, entre otros.
5-HTA: midamos nuestra presión
El aumento sostenido de la presión arterial es uno de los 5 principales factores que agreden nuestro endotelio permitiendo el ingreso de colesterol dentro de las arterias generando arteriosclerosis y obstrucciones vasculares cerebrales y coronarias predisponiendo al ACV y el infarto.
Hay una clara relación demostrada científicamente entre el aumento de la presión sanguínea y la enfermedad cardiovascular, de manera directa a mayor presión más riesgo. Obviamente los riesgos son mayores si, a la presión elevada, se asocian los otros factores arriba mencionados.
Tiene un factor agregado, ya que la enfermedad es silente, es decir no produce síntomas y como si ésto fuese poco, existe una falta de control de la presión por parte de la población.
Debido a lo arriba mencionado recomendamos a la población adulta controles de presión periódicos y consultar con valores por encima de 130/80 mmHg ya que si bien son normales, son al límite; y es mandatorio consultar si está arriba de 140/90 mmHg.
Servicios de Cardiología y Unidad Coronaria Clínica Privada Vélez Sarsfield