Existen elementos como el tabaco y el alcohol que dañan nuestro sistema cardíaco. A ellos se suma un factor tan moderno como el estrés.
Sólo es saludable una copita de vino por comida, por sus propiedades antioxidantes. Pero el alcohol en altas dosis en muy nocivo para nuestro corazón.
La nicotina y el monóxido de carbono del cigarrillo aumenta nuestra frecuencia cardíaca y son grandes vasoconstrictores que incrementan la presión arterial. Hoy se conoce que son responsables de la ruptura de placas ateroscleróticas, lo que genera infarto agudo de miocardio.
El estrés puede llevar a muchas personas a fumar, comer exageradamente, abusar del alcohol, entre muchas cosas más. La vida cargada de estrés constituye un fuerte condicionante para nuestra vida sana. Las personalidades que toman su vida con mucha preocupación tienen una calidad de vida disminuida y pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares.
*Información provista por el Servicio de Cardiología de la Clínica Privada Vélez Sarsfield
Dr. Claudio Pereyra Sueldo
MP 27311